Imaginemos por un momento que tu producto es un anzuelo estratégicamente diseñado en el vasto océano del mercado. ¿Qué elementos lo hacen irresistiblemente atractivo para tus clientes, los peces en este mar competitivo?, la respuesta es el Packaging.
A primera vista, parece un simple envoltorio, sin embargo, es la primera impresión que deja de tu producto en la mente del consumidor. Es decir, es la combinación de elementos visuales, táctiles y emocionales que se entrelazan con la memoria implícita del individuo, haciendo que recuerde información que su cerebro no procesa conscientemente.
Los ejemplos que verás a continuación, son el resultado del arte de persuadir a través de un empaque:
Sorprendente, ¿verdad? Lo que un simple envoltorio puede lograr. La clave está en dejar un mensaje contundente que no pase desapercibido; la interacción genera experiencia y esa experiencia es lo que realmente deja un aprendizaje con resultados perdurables en el tiempo.
El mensaje detrás de los sobres de salsa de tomate, como metáfora de las minas antipersonal, es solo una muestra de cómo el diseño del envoltorio puede ser mucho más que una simple presentación, es un potente medio de comunicación que despierta conciencia y reflexión.
La narrativa detrás del diseño del packaging es fundamental para que una marca dé a conocer su producto de manera impactante y memorable. El packaging se convierte en un vehículo poderoso para contar historias, transmitir valores y conectar emocionalmente con los consumidores.
Básicamente, es una estrategia indispensable para diferenciar a una marca en un mercado saturado y perdurar después de que se haya consumado la transacción.